2008

Y pensaron que ya esta panterita había abandonado el cubil? Naranja Huando, tío!!!! Para ser honesta tuve un arranque de flojeritis crónica acompañada de una falta de inspiración para escribir (algo muy raro en mí), señales claras que ya estaba entrando en una nueva etapa en mi vida. Sí pues, este 2007 que ya se fue hace ratón Mickey dejó un saldo que no puedo decir que haya sido negativo. De ninguna manera. Hay cosas que sólo el Padre Celestial hace que a veces (por no decir siempre) no entendemos; pero Su voluntad es buena, agradable y perfecta.

Y hace unos días estuve en mi Limamanta querida y a veces odiada por el asunto del tráfico cada vez más desordenado, no tanto de parte de las autoridades sino de los mismos choferes y peatones; y eso que aún no he mencionado las marchas y contramarchas que ciertos desubicados hacen al Centro (siempre al Centro...GRRRR!!!!) dizque para protestar por los derechos del pueblo (puro pretexto, porque sabemos que son los malos dirigentes los que salen beneficiados). En fin, fuera de estas cosas mi estadía fue buena... muy a pesar que en lo circunstancial hubo cosas que no salieron como se planearon (por eso no me gusta planificar nada!).

Recibí en el alojamiento donde estuve una visita inusual y no invitada: Una ratita despistada que aprovechando el intenso calor no tuvo mejor opción que meterse en el WC... que cómo fue éso? Yo misma quisiera saberlo. Para empezar, no le tengo miedo a las ratas; y tendrían que ver las que hay en Miami y demás estados de la Unión... ésas son más grandes que un cuy bien alimentado. Saqué conclusiones al respecto del tamaño de ambas ratas, y definitivamente es la alimentación que llevan: Mientras que en nuestros países "sub" desarrollados éstas se alimentan de basura y demás desperdicios podridos, incluyendo perros o gatos muertos, las americanas sobreviven y crecen gracias a las toneladas de comida, entre la sana y en especial la chatarra (McDonald's, Wendy's, KFC, Burger King, etc), que DIARIAMENTE se tiran a la basura. Qué triste, no?

La pobre apenas estuvo 3 días y no quería salir de este lugar, por más que una vez la saqué por la ventana (de hecho no la agarré ... usé un trapeador para ésto!), pero volvió a entrar; y éso que siempre mantengo cerrada la tapa del WC por costumbre. Al tercer día se murió, al parecer de cansancio y hambre. Una menos... qué penita!


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